Lo reconozco, siento debilidad por las casas pequeñas y encantadoras. Por eso cuando descubrí esta pequeña casita, no pude evitar guardarme todas las fotos, me pareció simplemente perfecta. Y aunque es sólo una casita de invitados, creo que podría vivir en ella perfectamente, ya he tenido la experiencia de vivir en un mini apartamento de 38 m2 en el centro de Madrid y creedme, ni os imagináis los rincones que soy capaz de aprovechar cuando escasea el espacio.
Y además, os prometo que me he sentido mejor en el "pitufihogar" como lo llamaban mis amigos, que en alguna de las casas enormes y nada acogedoras en las que tuve que vivir después.
A esta casita no le falta detalle, está aprovechada al milímetro y por supuesto, decorada con un gusto especial. Completamente blanca y llena de toques de color con esos textiles tan preciosos que le dan un aire alegre y bohemio, a mí me daría miedo meter ahí a las visitas...por si les dan ganas de quedarse a vivir...
Me encanta la cocina y la puerta reciclada puesta junto a la cama como colgador de bolsos
Me encanta la cocina y la puerta reciclada puesta junto a la cama como colgador de bolsos
Si os apetece ver más, podéis visitar el reportaje completo en Apartment Theraphy.
Espero que os guste.